Feldenkrais para deportistas: precisión, prevención y rendimiento
Incluir el método Feldenkrais en el entrenamiento de deportistas no es una moda ni una técnica de movilidad más. Es un giro de perspectiva, una forma de pensar desde el cuerpo que transforma la manera de moverse, de recuperarse, de rendir. Yo lo he vivido. Tras años dedicada a la danza contemporánea —con todo lo que eso implica en cuanto a repetición, exigencia, lesiones— puedo decir que este método no solo afinó mi forma de moverme. Me devolvió una inteligencia corporal silenciada por el automatismo técnico.

Además, es interesante recordar que su creador, Moshe Feldenkrais, fue un apasionado deportista y pionero del judo en Europa: obtuvo el primer cinturón negro en Francia en los años 30, y utilizó ese conocimiento y su formación científica para desarrollar un método basado en la eficiencia del esfuerzo y la biomecánica (fr.wikipedia.org, judopourtous.com).
Qué aporta Feldenkrais al cuerpo entrenado
En el entrenamiento deportivo se repite, se sobrecarga, se busca eficiencia. Pero ¿cuánta atención se pone en la calidad del movimiento que sostiene ese rendimiento? Feldenkrais actúa justo ahí. Es una herramienta de reeducación somática fundamentada en la neuroplasticidad, el aprendizaje a través del sistema nervioso. No impone un modelo: despierta una escucha interna que permite optimizar el movimiento sin desgaste.

Las sesiones —lejos de ser pasivas— invitan a explorar patrones, reorganizar la postura, refinar la coordinación. Cambia lo que el cuerpo hace, sí, pero sobre todo cómo se organiza para hacerlo. Esto impacta directamente en la prevención de lesiones, la recuperación funcional y la eficiencia biomecánica.
Además, estudios como el publicado en la revista Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine en marzo de 2011, demuestran mejoras en equilibrio y eficiencia motora tras intervenciones con Feldenkrais.

Conciencia corporal como entrenamiento invisible
Este método no sustituye el entrenamiento técnico. Lo potencia. Un deportista que se mueve con menos esfuerzo, detecta precozmente un gesto limitante o distribuye mejor sus apoyos tiene una ventaja real. La conciencia corporal desarrollada con Feldenkrais se traduce en mayor precisión, ligereza y resistencia al estrés físico.
Para quienes practican disciplinas con impacto o velocidad —running, ciclismo, artes marciales, escalada, natación—, integrar sesiones regulares de Feldenkrais puede marcar la diferencia entre una temporada estable o llena de molestias.

Mi experiencia: de la danza al movimiento funcional
Personalmente, he integrado este método en mi práctica personal durante años, enfrentando fatiga crónica, dolor lumbar persistente y bloqueos respiratorios por ansiedad. Lo que encontré no fue una solución mágica, sino una reorganización interna que me permitió sostener el rendimiento sin perder el disfrute. Aprendí a no empujar donde no hace falta. A moverme con sentido, no con fuerza.

Cómo integrar Feldenkrais en tu entrenamiento
No hacen falta horas extra. Con 40 minutos un par de veces a la semana de práctica guiada —presencial u online— se notan los cambios. Muchos deportistas se acercan por curiosidad y se quedan.
En mis clases semanales de Feldenkrais y sesiones individuales de Integración Funcional, abordamos objetivos específicos como: liberación de hombros, movilidad de caderas, prevención de sobrecargas de rodilla, respiración funcional. Partimos de lo que ya hay para reorganizar desde dentro.

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